Yo quiero que me veneres, ser tu diosa, tu leona.
Que mi libertad excite y ondee tus banderas.
Que aquellas, las pintaras tú de niño
con colores cosquilla que ahora ves en mí
inyección de realidad alternativa
caos psicotrópico,
azul intenso sin vacío.
No te voy a mentir, yo quiero un caballero
que no salga nunca en mi defensa pues mi honor nunca está en juego.
Lo perdí, con mucho orgullo.
Quiero un amor que bese el suelo que piso
y me devuelva la fe en los rascacielos.
Y quiero que todas sean reinas de su casa
o no bastará con los ramos que dejes en mi puerta.